Hay muchas causas para comprar alimentos orgánicos (o ecológicos en
la terminología más frecuente en España), pero sus propiedades
saludables no son una de ellas. Esta es la principal conclusión de un
metaanálisis (estudio de estudios) que ha hecho un equipo de la Universidad de Stanford (EE UU)
en el que han revisado dos centenares de trabajos publicados. Si acaso
los autores afirman que los productos cultivados o criados de una manera
más natural tienen una menor concentración de pesticidas, aunque los
otros también están por debajo de los límites saludables. También se
detectó una cantidad menor de carne con bacterias resistentes a al menos
tres antibióticos en el cerdo y el pollo orgánicos que en las otras
carnes. El trabajo lo publica Annals of Internal Medicine.
De los trabajos, 17 se hicieron en humanos, y 223 fueron análisis de
alimentos. Ni en vitaminas u otros nutrientes había grandes diferencias.
Claro que los propios autores de la revisión admiten que muchos de los
trabajos eran muy pobres. Algunos habían sido de dos días, y ninguno
había medido el efecto sobre la salud más allá de dos años. Esta es una
de las debilidades del trabajo, admiten las autoras, ya que puede
condicionar los resultados, aunque no se sabe a favor de quién.
Hay otro aspecto en el que los productos orgánicos sacan ventaja: su
componente en fósforo. “Pero dado que muy poca población tiene déficit
de este elemento, no es una ventaja real”, dicen los investigadores,
citados en la web de la universidad.
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