jueves, 25 de agosto de 2011

Cambio Climático y sus Efectos.


¿Qué es el cambio Climático?

El clima del planeta cambia constantemente. En estos momentos, la temperatura global promedio es de aproximadamente 15°C. Evidencias geológicas y de otros tipos sugieren que en el pasado este promedio puede haber bajado hasta 7°C y subido hasta 27°C.

Pero muchos científicos señalan que el calentamiento actual no se debe tanto a cambios naturales como a fluctuaciones provocadas por la actividad humana. Los investigadores señalan que este calentamiento puede tener implicaciones graves para la estabilidad del clima, de la que depende gran parte de la vida del planeta.

¿Qué es el efecto de invernadero?

El término "efecto de invernadero" se refiere al papel que desempeña una capa de gases que retiene el calor del Sol en la atmósfera de la Tierra. Sin estos gases el planeta sería demasiado frío y la vida, como la conocemos, no podría sustentarse.

Entre los gases se encuentran el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, que son liberados por la industria moderna, la agricultura y la combustión de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gases naturales).

Su concentración en la atmósfera está aumentando: sólo la del dióxido de carbono ha crecido en más de un 30% desde 1980. La mayoría de los científicos acepta la teoría de que el aumento de estos gases provocará que suba la temperatura terrestre.

¿Qué pruebas hay del calentamiento global?

A finales del siglo XIX se comenzaron a realizar mediciones de la temperatura mundial. Estas mediciones muestran que, en promedio, la temperatura ha aumentado en aproximadamente 0,6°C en el siglo XX. El nivel del mar ha crecido de 10 a 12 centímetros y los investigadores consideran que esto se debe a la expansión de océanos cada vez más calientes.

La mayoría de los glaciares no polares estudiados están disminuyendo y algunas mediciones indican que el hielo ártico se ha reducido en cerca de un 40% en los veranos y otoños de las últimas décadas. También hay otras anomalías: partes de la Antártida parecen estar volviéndose más frías y hay discrepancias entre los cambios de temperatura en la superficie y en la troposfera.

¿Cuánto aumentarían las temperaturas?

Según diversos modelos climáticos, si no se hace nada para reducir las emisiones, la temperatura global aumentará entre 1,4°C y 5,8°C antes de 2100. Para poner esta advertencia en contexto, se cree que la temperatura sólo ha variado en 1°C desde los albores de la civilización.

Incluso si ahora reducimos dramáticamente las emisiones de los gases que causan el efecto de invernadero, los científicos dicen que las repercusiones continuarían porque parte del sistema climático, en especial los grandes cuerpos de agua y de hielo, puede tardar cientos de años para responder a cambios de temperatura.

Algunos investigadores consideran que es posible que ya hayamos condenado a la capa de hielo de Groenlandia a su total e irreversible descongelación. Esta descongelación tardaría siglos, si no milenios, pero podría causar un aumento estimado de siete metros en el nivel del mar.

¿Cómo cambiaría el tiempo?

Globalmente, podemos esperar condiciones climáticas extremas, con olas de calor más fuertes y más frecuentes. Los científicos predicen un aumento de las lluvias, pero también señalan que como los veranos serán más calidos, aumentará el riesgo de que haya sequías en áreas de tierra adentro. Se cree que el aumento del nivel del mar y las tormentas provocarán más inundaciones. Sin embargo, podría haber grandes variaciones regionales, que son muy difíciles de predecir.


¿Qué efectos tendría?

El impacto potencial es enorme, con predicciones de falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos, y un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor.

Los países más pobres, que están peor preparados para enfrentar cambios rápidos, serán los que sufrirán las peores consecuencias. Se predice la extinción de animales y plantas, ya que los hábitats cambiarán tan rápido que muchas especies no se podrán adaptar a tiempo.

La Organización Mundial de la Salud ha advertido que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el aumento de la malaria, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua.

¿Qué no sabemos?

No se sabe exactamente qué proporción del calentamiento global se debe a actividades humanas y cuáles serán sus efectos a largo plazo.

El calentamiento global provocará algunos cambios que acelerarán un mayor calentamiento, entre ellos la liberación de grandes cantidades de metano, uno de los gases que causan el efecto de invernadero, a medida que se derritan los hielos permanentes (conocidos como permagel).

Otros factores podrían mitigar el calentamiento, por ejemplo, el aumento de las temperaturas posibilitará un mayor crecimiento de las plantas, que a su vez podrían tomar más CO2 de la atmósfera.

Los científicos no están seguros de qué tipo de equilibrio o desequilibrio se alcanzará como resultado de la interrelación entre estos efectos negativos y positivos.

¿Qué dicen los escépticos?

La mayoría de los escépticos sobre el calentamiento global no niegan que el mundo se esté calentando cada vez más, pero dudan que se deba a actividades humanas.

Algunos dicen que los cambios actuales no son tan extraordinarios y señalan que en otros momentos de la historia de la Tierra, cuando los seres humanos todavía no existían, ocurrieron cambios rápidos similares.

Sin embargo, hay un consenso científico creciente de que, incluso más allá de la variabilidad natural del clima, algo extraordinario está pasando y la culpa la tienen los seres humanos.

¿Qué está haciendo la comunidad internacional?

Un acuerdo internacional, el Protocolo de Kioto, compromete a los países industrializados a cumplir metas específicas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El protocolo sufrió un gran golpe cuando Estados Unidos, responsable por una cuarta parte de las emisiones globales, lo abandonó en 2001. Sin embargo en 2004 Rusia decidió ratificarlo, lo que posibilitó que se convirtiera en realidad.

Aunque muchos países ya han tomado medidas para reducir sus emisiones, se cree que las metas de Kioto no son más que una fracción de las reducciones necesarias para frenar de forma significativa el calentamiento global.

Fuente: BBC

lunes, 1 de agosto de 2011

Algas Rojas como Biocombustible.


¿Serán las algas marinas rojas un biocombustible viable en el futuro? Ahora que se ha logrado desarrollar en un laboratorio una cepa de levadura que puede acortar el proceso de fermentación de la galactosa, la respuesta es un rotundo sí.

En países como Estados Unidos es habitual pensar en el maíz o en hierbas como la Miscanthus al plantearse qué cultivos emplear para elaborar biocombustibles. Sin embargo, en las pequeñas islas o naciones peninsulares, la opción natural, obvia, es la biomasa marina, tal como apunta Yong-Su Jin, experto en genómica microbiana de la Universidad de Illinois y miembro del Instituto de Biología Genómica dependiente de dicha universidad.

Los productores de biocombustibles derivados de la biomasa de cultivos terrestres han tenido dificultades para descomponer ciertas fibras resistentes y extraer de ellas azúcares fermentables. Los duros procesos convencionales de pretratamiento utilizados para liberar los azúcares también dan lugar a subproductos tóxicos, que dificultan la fermentación microbiana posterior.

Sin embargo, la biomasa marina puede ser fácilmente degradada en azúcares fermentables, y la tasa de producción y el rango de distribución son más altos que en el caso de la biomasa terrestre.

No obstante, la elaboración de biocombustibles a partir de algas rojas ha sido problemática debido a que el proceso produce glucosa y galactosa, y hasta el momento, la fermentación de esta última ha sido muy ineficiente.

Jin y sus colegas han identificado recientemente tres genes en la levadura Saccharomyces cerevisiae, muy usada para fermentar azúcares, cuya sobreexpresión aumentó la fermentación de la galactosa en un 250 por ciento en comparación con lo conseguido por una cepa de control.

Este descubrimiento mejora en gran medida la viabilidad económica de los biocombustibles marinos.

Elaborar biocombustibles a base de algas en vez de a base de vegetales terrestres también aporta una ventaja obvia: Los biocombustibles fabricados a partir de algas no exigen dejar de destinar tierras agrícolas a la producción de alimentos, un sacrificio cada vez más insostenible ante el creciente reto de alimentar a una población mundial en constante crecimiento demográfico y las amenazas cada vez más graves a la productividad agraria impuestas por el calentamiento global.

Israel cultiva algas rojas en el desierto para combatir enfermedades.


08 de Junio del 2005.
El desierto en Israel se ha convertido en un fértil terreno para innovadoras —y rentables —industrias de acuacultura, que también son beneficiosas para la salud de los consumidores conscientes de América del Norte, Europa y Asia.
Una de tales empresas está¡ ubicada en el Kibutz Ketura, en el corazón del desierto de Arabia¡ a unos 56 kilómetros al norte de la ciudad turí­stica de Eilat.

Hay un resplandor rojizo a la entrada del kibutz, y no es precisamente de las montañas de tonalidad rosada. Una fila de brillantes áreas rojas se extiende por la tierra como surcos en el campo. La áreas cosechadas que se cultiva aquí son algas. Los transparentes tubos, llenos de agua, contienen millones de copos rojos de micro algas, llamadas Haematococcus pluvialis. Producidas por Algatechnologies Ltd. (Algatech), estas algas son la fuente natural número uno de astaxantina, un caroteno que es una parte importante de la dieta del salmónn, las langostas y muchos crustáceos, lo que les da su caracterí­stico tono rosa brillante.

Pero la astaxantina es más que alimento para pescados, también es un poderoso anti oxidante cada vez más conocido por sus propiedades para combatir enfermedades. Es usado como complemento dietético y tambien en cosmética a causa de su habilidad para proteger contra la radiación UV.

Gracias a planta de Algatech en el Kibutz Ketura, ahora Israel es lider mundial en el abastecimiento de astaxantina natural para el consumo humano.
La planta, establecida en 1998, está¡ basada en la investigación cientí­fica del Profesor Sammy Boussiba, de la Universidad Ben Gurión del Neguev, y ha estado produciendo astaxantina en cantidades comerciales desde 2003.

Los copos de Haematococcus pluvialis contienen la más grande concentración de astaxantina que se puede encontrar en la naturaleza (unas 40.000 por millón, comparado con el salmón que contiene entre 5 y 15 partes por millón).

La astaxantina es un buscador radical libre que interfiere con la producción y desarrollo de las células cancerosas, y juega un papel importante en el desarrollo del sistema inmunológico.

Ahora la astaxantina está llamando la atención de la industria de la salud. Queda mucho tiempo antes que la ciencia basada en el producto sea del conocimiento público dijo el Dr. Amir Drory, director de investigación y Desarrollo de Algatech.

Hasta ahora la astaxantina no es bien conocida por el público, pero con el tiempo pienso que será¡ la próxima Omega 3, agrega el Gerente de Comercialización Internacional Efrat Kat, refiriéndose al ácido grasoso poli saturado hallado en cierto pescado que ha estado implicado en la reducción del riesgo de cáncer. Kat y sus colegas de Algatech ya han tomado una dosis diaria de 4 miligramos de astaxantina,la dosis recomendada por la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU.

Un resumen de la investigación sobre el uso de la astaxantina publicado en el periódico Tendencias de la Biotecnología (mayo 2003) cita más de 60 estudios de investigación y patentes, demostrando entre otras cosas que la astaxantina limita la expansión de las células cancerosas, actúa como agente anti inflamatorio, inhibe el crecimiento del colesterol malo y evita las arrugas.

En Algatech cultivos puros de algas son llevados a cabo en sistemas acuáticos completamente cerrados y controlados. Luego son transferidos a un sistema de tubos modulares y expuestos a la luz natural del sol para la crucial etapa final del proceso de coloración rojiza.